Feliz día...

Feliz día de los trabajadores, que no es lo mismo que decir "feliz día del trabajo", que es una degeneración semántica orquestada por los patrones para despojarnos del honor de ser el centro de los festejos, para pasárselo al lugar donde derramamos sangre, sudor y lágrimas, que lo único que falta es que le vayamos a llevar flores al señor trabajo con el cántico feliz feliz en tu día amiguito que dios te bendiga. Pobre de vos.
Y si alguien se levanta de la cama y logra leer este llamamiento a la cordura, ni se les ocurra ir a comprar algo. Nada de nada debemos comprar. Porque entrar al negocio del hijo de puta que tiene empleados trabajando en su día, es convalidar la ignominia para que con un gesto pedante les indique que hacía falta abrir por el bien de la empresa. Si no vamos, si no compramos nada, en una de esas, después de sacarse los mocos durantes dos primeros de mayo, a lo mejor se da cuenta y cierra.

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