30 cosas a 30 años

1.
Una noche como la de anoche, un chico de 13 años iba por la calles del Barrio Las Avenidas con un megáfono gritando que voten por Alfonsín. No sabía de dónde se venía ni hacía dónde se iba. Solo una sensación liberadora e inefable en esa noche de primavera. Un cura, dueño del altavoz, corría detrás gritando reproches y peligros.
2.
Escuchábamos a Sandra Mihanovich con Puerto Pollensa y esa en que le contaron que bajo el asfalto. La carta de un león al otro. La navidad de Luis. Algo bueno había en ese tráfico de cassettes, aunque no sabíamos qué.
3.
Más chico había muerto un tío de papá. Entre sus pertenencias había un pupitre que todavía conservo y una canana que me crucé al pecho para jugar a la guerra. Mi viejo me la hizo sacar. También nos decían que no levantemos lapiceras de la calle.
4.
Todavía más chico le pregunté a mi tía quién vivía enfrente. Unos extremistas, fue su misteriosa respuesta.
5.
En 7° pararon el recreo para poner el himno de Malvinas. La directora nos tiró en una misma frase, nuestro reclamo de soberanía y nuestra conquista. Mi papá le puso una banderita de plástico a la antena del auto.
6.
En 2° o en 3° año quería ser del centro de estudiantes. Mis padres me decían que era peligroso. Igual me hice sub-delegado del curso. Yo usaba un escudito que decía R.A.
7.
Todavía recuerdo la marcha de Semana Santa. Una enorme columna marchó por la ciudad defendiendo la democracia. El intendente iba adelante con otra gente, brazo con brazo. Había una enorme bandera de Todos por la Patria. Después el presidente por televisión nos diría que algunos de los sublevados eran héroes de Malvinas y que volvamos a casa.
8.
Para Villa Martelli ya estaba en la Plata. Mi amigo Juan Carlos Soldó (que estudiaba Filosofía) y yo éramos los encargados de abrir el café del Centro de Estudiantes Marplatenses. No nos parecía que esa tarde correspondiera. Habíamos escuchado de los milicos por la radio y sabíamos que todos teníamos que estar en la plaza, frente a la gobernación. Entramos -el café estaba justo enfrente-, agarramos el pasacalle y volvimos a salir. Hacía un calor infernal. Los bomberos nos tiraban agua. Al rato vimos que la Comisión Directiva abrió el café como si tal cosa. Sacaron las mesitas afuera, pusieron música y servían cervezas.
9.
Un año antes, en una de sus primeras clases, el profesor Alfredo Torre nos trajo "la caja" el armazón de portada de Página 12 para que lo llenemos. Un pendejo soberbio, abusando de su libertad, puso "El presidente es un boludo". El docente sólo mostró algo de sorpresa y yo, el autor, tuve un poco de vergüenza. Para entonces yo había girado por completo hacia la izquierda y andaba buscando un cauce que todavía no encontré.
10.
A poco de llegar a La Plata, uno colorado como fósforo me invitó a su casa para conversar. No terminé de entender qué era el MTP, pero me caía bien. Sobre el final de mi carrera, un compañero de pensión me invitó a un par de peñas del PB donda había gente muy copada. De algunos, por lo bajo, comentaban que eran "los topolinos", sobrevivientes de aquella celada en que la puta inteligencia nacional hizo caer a buena gente. Ellos nunca nos contaron cómo fue todo eso. Pero vaya un homenaje para el cura Puijané y para los compañeros muertos.
11.
 Otro día fui con un compañero de pensión a una reunión del MAS (a los que voté en la interna). Antes habíamos ido a un acto donde hablaba la petisa Díaz en el estadio de El Lobo. Pero esa vez que fuimos al local, era tal la sensación de estar escuchando un cassette, que ni Fabio ni yo volvimos nunca.
12.
Mierda que corrimos la coneja en 1989. Hambre del groso. Un día, escuchando Protagonistas por Splendid, me impresionó una noticia: en Santa Fe se había muerto un caballo pura sangre, y entraron los vecinos a destazarlo.
13.
Los de la Pampillón les gritábamos a los de la Walsh: ay, ay, ay, se los coge Alsogaray (ellos, igual ganaban caminando). En el gobierno, Antonio Salonia, quería arancelar la Universidad. Había desaparecido Andrés Nuñez. Habían matado a Bullacio. Faltaba poco para que se carguen a Miguel Bru.
14.
En Mar del Plata, empecé mi trabajo fuerte en radio para la misma época en que nacía el Plan de Convertibilidad. Lo atacamos desde el principio, desde El Puente. Mucha gente nos puteaba.
15.
En la ciudad, ejercimos durante varios años el monopolio de los derechos humanos, de la búsqueda de verdad y justicia. Faltaba mucho para que se extienda esa vaina. Cuando en el 94 entré a canal 8, llevaba notas con las Madres y las agarraban con dos dedos.
16.
Un día le hice una nota a Hebe y vino acompañada por Schoklender. Como le hice una pregunta donde cuestionaba algún razonamiento (sobre el caso Soledad), el muchacho de negro hizo un gesto como de tirar una granada desde la pecera.
17.
Me es imposible olvidar el '95. Esa reelección convertía al electorado mayoritario en una mierda. Ya se sabían los efectos del plan económico, ya se habían destapado demasiadas ollas. Igual lo votaron. Por eso no me cabe Maradona. Lo inmortalizo esa noche en que fue a lo de Tinelli a decir que votaría por el turco.
18.
El grupo de los 8: Moisés Fontenla, Germán Abdala, Víctor De Genaro, Franco Caviglia, Juan Pablo Cafiero y....
19.
Qué héroe era Lanata en ese entonces. Sólo Página 12 se podía leer. Después la 23 y La Maga. En su momento el diario Sur. El Porteño, Periodistas, cuadernos de la Crisis y cualquier producto de Editorial La Urraca.
20.
Yo era empleado de un movimiento cooperativo manejado por presuntos comunistas. Puedo decir con experiencia propia lo que son Heller, Junio y Forn. Un día tuve que ir a una cena del Credicoop en Buenos Aires. A la vuelta estábamos con hambre, y en medio de la noche paramos en una de esa parrillas al costado de la ruta. Los gerentes comunistas se reían del poco lujo de las mesas.
21.
Una vez, creo que para las elecciones del 99, unos muchachos me acercaron una carta de Firmenich que analizaba el comicio. La rompí al aire. No se si estuve bien. Me asaltó la idea de su delirio, de la guerra que libraba con sangre ajena desde México, donde hacía la venia y condenaba a muerte a los que se salvaban (porque si se salvaban eran traidores, como cuenta Recuerdos de la muerte de Bonasso). Siempre pensé que me iban a cagar a palos.
22.
En un determinado momento me pudrí de las divisiones de los organismos. Las dos marchas, todo eso.
23.
Yo critico a Clarín, pero confieso haber elegido muy bien las verdades. A cargo del informativo de la radio, hice un manual de estilo, que entre otras cosas consignaba que, en las económicas, había que priorizar los indicadores negativos del gobierno de la Alianza. Siempre el no democrático, el falaz, es el otro. Puedo decir que mi intención era advertir que chupete nos iba a llevar al carajo adonde nos mandó.
24.
Crease o no, las asambleas populares nacieron de El Puente. Un día dije que habría que juntarse en una plaza y ver qué hacemos. Dos días después, Gabriela deja un mensaje anunciando que el domingo iba a estar en la plaza del Bosque. A la semana o los diez días había 4 o 5 y llegaban noticias de  Buenos Aires.
Soy un pedante. No me importa.
25.
Creo que no valoramos el Juicio a las Juntas.
26.
De Kirchner escuché hablar en 1995 y no muy bien. Lo trajimos a un articulista de Página (José María Pasquini Durán) y en un pasaje de la charla les dio leña porque había estado allá. Después no se supo más hasta que apareció en la caída de la Alianza en pantalla dividida con la gorda Carrió que tenía el pelo con coleta.
27.
Todavía se extraña Tato. Los delitos que le imputó Servinia de Cubría fueron "ludibrio" y "eutrapelia". la juez baru baru budía.
28.
El 93 fue bravo. Un clima muy enrarecido. Mucha patota menemista.
29.
De la última década hablamos todos los días. Fui, vine, me volví a ir. Me podrán sacar de mi lema de no votar peronistas. Pero nunca me convencerán de votar liberales. Ahí me vuelvo a mi ningún lado.
30.
Me hace feliz que los chicos, mis hijas, mis alumnos, carezcan del miedo que nos salpicó a nosotros. Creo que hay mucho por difundir sobre la dictadura. Esclarecer siempre que fue cívico-militar y eclesiástica. Que fue para imponer un modelo económico que siempre estará dispuesto a masacrarnos si nos oponemos a sus planes. Y que justamente por eso nos tenemos que oponer.

Perdonen lo largo de todo ésto. Es como una cápsula del tiempo.


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