Empoderar lo desapoderado, desesperadamente

Si tantos gritan pavadas, por qué me voy a privar de gritar lo que siento, aún sin pleno convencimiento. 

¿Qué tan real fue la acumulación de poder, la hubo? 
¿Y el verbo empoderar, existió?
La hubo, existió, entonces a qué obedece esta monstruosa sensación de impotencia.

No creo que el amor que se termina, convierta en mentira un pasado enamorado. Pero qué raro este desamor de enero, tan repentino, tan dale yo te llamo.

No perdimos, ya habíamos perdido.
No nos perdimos, solamente no sabemos adónde vamos.

“-Minino de Cheshire -empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba -. Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar – dijo el Gato.
-No me importa mucho el sitio… -dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes – dijo el Gato.
– … siempre que llegue a alguna parte – añadió Alicia como explicación.
– ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte – aseguró el Gato -, si caminas lo suficiente! “


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